VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Ayuso termina con la Guerra del 36: “cierra al salir”, por Víctor J. Hernández Bru.
En ocasiones, leyendo a mi admirado Pérez Reverte, percibo la idea de que los españoles llevamos dos siglos enzarzados en una constante guerra civil: patriotas contra afrancesados, carlistas contra isabelinos, monárquicos contra republicanos, anarquistas contra comunistas…
Lo sucedido este martes, 4 de abril, en Madrid, no va a ser el punto y final a ese eterno conflicto, pero sí al menos un punto y aparte. Hace falta tener muy poca vergüenza y bastante poco conocimiento de nuestra historia para pensar que puede uno perpetuarse en el poder apelando a las cunetas, ésas a las que tanto aludía mi queridísimo Antonio Christian Ruiz. La referencia puede servirte para engañar a unos cuantos y llegar a él, pero mantenerse en el mando de un país a base de inflar los recuerdos y los odios de algo que sucedió hace ya más de 80 años, mientras su vecino del quinto muere por Covid, mientras a tu prima la echan del trabajo porque en su empresa ya no hay con qué pagar los gastos y a tu hijo lo obligan a ingresar en un ERTE que tiene toda la pinta que terminará en ERE es, simplemente, de imbéciles.
Lo que ha hecho Ayuso en Madrid tiene el mérito de desmontar una gran mentira que ha servido para construir un gobierno social-comunista en La Moncloa, para darle cuatro años de gobierno municipal a ese desastre con patas que fue Carmena y para que ese Míster Bean de la dialéctica ganara las pasadas elecciones a la comunidad sin poder gobernar; me refiero al soso, feo y formal, perdón por el pequeño deterioro de su eslogan original.
Ayuso ha logrado ilusionar a la gente con la esencia de la política: la gestión, la cercanía, la libertad y la verdad. Yo no seré nunca un asesor del éxito de Miguel Ángel Rodríguez, pero sinceramente, siendo ésas las cuatro patas del banco de Ayuso, yo hubiera hecho más hincapié en la cuarta que en la tercera: la libertad es un elemento básico en el ideario de Isabel Díaz, pero creo que lo que verdaderamente ha echado a las ratas del barco ha sido la verdad.
Porque cuando te basas en que en Madrid hay más muertos que en ningún sitio, corres el peligro de que la gente vea cada día que es mentira; cuando te basas en decir que se cierran hospitales, el drama es que la ciudadanía comprueba a diario que no es cierto; cuando te basas en llamar fascista al que recibe la pedrada en lugar de al que la lanza, el riesgo es que haya alguien con un cuarto de cerebro que razone que le estás tratando de montar el timo del tocomocho político; cuando te basas en la imbecilidad de que subir impuestos es bueno para el que se los subes, el problema es que a ese mismo individuo no le permiten abonar la cuenta en la caja del supermercado con las ideas de los Coletavirus de turno.
Por cierto, por encima de la victoria de Díaz Ayuso, del PP y del constitucionalismo, la gran noticia de estas elecciones es que han supuesto el adiós del tipo que más daño ha hecho a nuestra democracia desde 1978. Se va el Coletavirus como lo que es, un sinvergüenza que llegó a la política para enriquecerse a base de eso, de mentiras y de timos, que ha hecho una gran fortuna mientras se deshacía del lastre humano que lo había acompañado y que ahora se marcha de un salto cuando el barco se hunde. Querido exColetavirus, “cierra al salir”.
