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El proyecto de Investigación del yacimiento arqueológico de Macael Viejo acomete una segunda campaña de trabajos de campo

El proyecto de Investigación del yacimiento arqueológico de Macael Viejo acomete una segunda campaña de trabajos de campo
La continuidad de estas investigaciones, iniciadas en 2017 y financiadas por el Ayuntamiento de Macael, es excepcional en la comarca del Alto Almanzora, y ha posibilitado reunir una importante base documental que incrementa el conocimiento histórico regional.

El 18 de diciembre concluye la que será la cuarta campaña consecutiva de excavaciones arqueológicas en Macael Viejo, las dos últimas incluidas en el primer Proyecto General de Investigación (PGI) autorizado en la Provincia de Almería.

Sin duda esto constituye un avance científico para el presente y el futuro, pero, en espera de la culminación de investigaciones; la divulgación de sus resultados; y la adaptación del yacimiento a las visitas púbicas, esta continuidad de las actuaciones arqueológicas ha contribuido ya de un modo efectivo a establecer una nueva relación entre los habitantes del municipio y su patrimonio arqueológico. De este modo, lejos de la ignorancia y la ceguera del expolio y la destrucción de yacimientos, la alta participación de los vecinos de Macael, ya sea como participantes directos en las actuaciones o visitantes esporádicos y asiduos, ha logrado a lo largo de estos cuatro años hacer de la investigación arqueológica algo cotidiano, un tanto “marciano” aun para algunos, pero algo abierto para todos.

Por tanto, en una comarca con una dilatada trayectoria histórica y riquísimo patrimonio arqueológico, la excepcionalidad de Macael Viejo no es sino su PGI y la continuidad de su intervención y estudio. De hecho, el equipo de investigación del proyecto, coordinado por el Dr. A. Santiago Moreno Pérez, y en que participan distintos especialistas vinculados fundamentalmente a las Universidades de Granada y Autónoma de Madrid, espera que las investigaciones puedan servir de referente arqueológico para evaluar la evolución histórica del poblamiento de los asentamientos de montaña de la cuenca alta del Almanzora. Para ello se apoyan en las escasas excavaciones realizadas en la región, y en la constatación de una reiterada ocupación del yacimiento desde los comienzos de la sedentarización de los grupos neolíticos de hace unos 6.000 años hasta la expulsión de los moriscos a finales del s. XVI.

En concreto, los trabajos de la presenta campaña, que tienen previsto extenderse hasta finales de enero de 2021, se están centrando en dos de estos periodos de ocupación: la alquería medieval, el Macael “de los moros” que forma parte de la memoria colectiva de los macaeleros, y el asentamiento bajo imperial romano establecido aquí hasta la definitiva desaparición de la administración romana en Occidente en el tercer cuarto el s. V de nuestra era.  Es este un periodo al que la investigación está concediendo un especial interés en las últimas décadas, si bien en el Sureste Peninsular es fundamentalmente conocido a partir de las grandes propiedades rurales y sus villae señoriales, resultando aun muy limitado el conocimiento de los pequeños establecimientos de montaña coetáneos.

En este sentido, Macael Viejo está aportando novedades, pues lejos de tratarse de una comunidad aislada, está revelando su importante integración en la cadena socio-económica del Almanzora de finales del imperio. De este modo, pese a que se trata de un pequeño poblado no superior a la media hectárea, asentado en un cerro montuoso y desprovisto de agua, se detecta la circulación de moneda, importaciones de vajillas y productos envasados en ánforas, y el desarrollo de una arquitectura de carácter rural aunque de tradición clásica.

Precisamente las actuaciones desarrolladas en esta campaña se están efectuando en un sector residencial provisto de una edificación de grandes dimensiones que por su trazado, compartimentación, y empleo de techumbres con material latericio, se encuadra en esta tradición, constituyendo una de las escasas muestras de edilicia clásica de montaña excavadas en el Sureste.

Las actuaciones sobre la aldea medieval se están efectuando en la necrópolis, para la que se pretende llegar al medio centenar de sepulturas analizadas desde una perspectiva arqueológica y antropológica, y un aljibe de grandes dimensiones, que junto con la mezquita citada en las fuentes escritas, debía ser una de las principales edificaciones públicas de la alquería musulmana. Los aljibes son elementos muy frecuentes en el paisaje almeriense, y casi es raro el ámbito municipal que carezca de algún ejemplar, pues son además edificios que se han seguido construyendo y utilizando hasta tiempos recientes.

Sin embargo, salvo casos excepcionales como el nijareño Aljibe Bermejo, incoado BIC en 1987, el de Macael es uno de los pocos excavados, y el único en el Almanzora, por lo que la investigación del yacimiento está resultando un referente para el análisis de estos grandes depósitos, tan relevantes para el desarrollo de las comunidades rurales medievales. No por frecuentes debemos dejar de entender la gran inversión de medios técnicos y económicos que requirió la edificación de estos tanques, a menudo sufragados por obras pías e influyentes benefactores, como el gramático y cadi almeriense Abu Isac Ibn al-Hach, quien construyo con su dinero 18 aljibes y 20 mezquitas en la zona de Filabres – Tabernas entre finales del s. XII y comienzos del XIII d.C.

De hecho, los datos actualmente obtenidos en Macael Viejo señalan la relación del aljibe con el los orígenes de la alquería. En este sentido, el conjunto de restos cerámicos desechados en la cimentación meridional del complejo ha posibilitado datar con seguridad su construcción a mediados del s. XIII, tratándose por tanto de la edificación medieval más antigua hasta ahora conocida en el cerro, por lo que probablemente condicionó el propio asentamiento y continuidad de la población en este enclave. A su vez, la cronología del aljibe nos remite a un momento histórico de expansión del poblamiento islámico en el Almanzora a consecuencia de la conquista cristiana del Reino de Murcia.

La excavación en curso está detectando la continuidad de su uso durante la época morisca, etapa en la que se procedió a efectuar algunas reparaciones. El uso como vertedero del edificio, una vez abandonado, ha proporcionado un importante lote de recipientes cerámicos que contribuirán a enriquecer el conocimiento de la cultura material de los moriscos del interior almeriense.

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