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VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ? “Indalecio, tú sólo puedes comprender por qué esta ley es una barbaridad si la sufres”; y le llegó el momento

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VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ? “Indalecio, tú sólo puedes comprender por qué esta ley es una barbaridad si la sufres”; y le llegó el momento, por Víctor J. Hernández Bru. 

Recuerdo como si fuera ayer, la noche en la que, tras una larga y áspera discusión, le dije a Indalecio Gutiérrez Salinas: “tú eres del tipo de persona que sólo comprenderás la barbaridad que es esta Ley Integral de Violencia de Género si la sufres en sus carnes”.

Habíamos discutido sobre ello mil y una veces; le había mostrado la inconstitucionalidad evidente de una ley que discrimina al hombre con respecto a la mujer, que convierte al hombre en culpable si recibe una denuncia por violencia de género por parte de una mujer, sobre todo si es su mujer, privándole de su derecho fundamental a la presunción de inocencia.

Pero él se empeñaba en defenderla, simplemente porque sus impulsores habían sido la caterva de sinvergüenzas del gobierno Zapatero, de su propio partido, ése al partido que los sectarios redomados como Indalecio no son capaces de contrariar ni en lo más lógico y rotundo, ése al que los sobadores de lomo compulsivos sólo saben adular, a fin de conservar esos puestos que les permite levantarse sueldos impensables para ellos en función de su preparación personal.

Uno de esos sinvergüenzas, uno de los máximos impulsores de esa ley vergonzosa y criminal, que luego no fue capaz de derogar el PP con su mayoría absoluta rajoniana, Juan Fernando López Aguilar, ya bebió de ese veneno, con una denuncia por parte de su esposa que le costó la carrera y el discutible prestigio del que gozaba.

Lo confieso: a Indalecio, esa noche, le deseé que algún día su mujer lo denunciase falsamente por violencia de género, que probase la frialdad de un calabozo, las sospechas y las miradas reviradas de sus personas cercanas, el entredicho, la soledad, la pérdida de su casa y otras posesiones, el alejamiento incluso de sus hijos, como han sufrido miles de españoles desde que se promulgó aquella infame ley.

El 24 de agosto de este año, Indalecio Gutiérrez Salinas, diputado del PSOE por Almería, fue denunciado por su mujer por un presunto delito de violencia de género. Indalecio fue inmediatamente absuelto, después de que ella hubiera retirado una inconsistente denuncia, que presentó sin siquiera acompañarla inicialmente con un parte lesiones que, por otra parte, es preceptivo, aunque no obligatorio.

Fue poco tiempo lo que duro su pesadilla, esa pesadilla de que tu mujer, la persona con la que has pasado una vida, decida poner fin a la relación con una denuncia basada en unos hechos que no han sucedido. Tan sólo espero, que no confío, que Gutiérrez Salinas fuera capaz de comprender, en ese corto período de tiempo, lo que sienten, lo que han sentido todos esos españoles que han sido víctimas de falsas denuncias por violencia de género por parte de sus desaprensivas parejas, buscando únicamente un beneficio económico, una casa, una pensión de alimentos, una prebenda; malaconsejadas por institutos de mujeres, asociaciones feministas o amigas feminazis.

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