Jose Antonio Alfonso, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Almería, ha sido uno de los protagonistas de ‘La Entrevista del día’. La polémica del agua desalada ha sido el tema principal del debate en ‘Es la Mañana de Almería’.
En los últimos días ha brotado una compleja polémica en la provincia de Almería, y especialmente por parte del PSOE local, respecto a las modificaciones a las Ordenanzas Locales Reguladoras de la Prestación Patrimonial de Carácter Público No Tributario por Suministro de Agua Potable y Alcantarillado, es decir, respecto a si el futuro uso de agua desalada va a repercutirse en el recibo del agua de los almerienses.
Varios grupos políticos han utilizado esta polémica para hacer oposición política al Ayuntamiento de Almería. En concreto la semana pasada la portavoz socialista Adriana Valverde habló de «meter la mano» en el bolsillo de los almerienses cuando la realidad es que el recibo del agua, según el Alcalde, no va a subir hasta 2022 como mínimo. Sin embargo desde el grupo socialista se insiste en que este incremento lo van a seguir pagando los alemerienses a pesar de que en los próximos años estos servicios serán abonados por los recursos del consistorio.
«El ciudadano no lo va a percibir», reconocía Jose Antonio Alfonso, porque lo va a pagar a través de los impuestos de forma indirecta. «No vamos a recibir todos los servicios que podríamos» es el argumento del concejal para justificar el discurso de su partido. Una vieja táctica dialéctica por la que desde el PSOE se lleva a posible equívoco ya que efectivamente los sobrecostes de la producción de agua desalada van a salir de las arcas públicas pero en ningún caso va a subir el recibo del agua durante estos dos años. «Cuando uno se está expresando en público puede utilizar las palabras como entiende y comprende que puede trasmitirlas», se justificaba el concejal socialista ante la confusión en el discurso de oposición del PSOE regional.
Pero la custión de fondo, ¿por qué los almerienses vamos a consumir el agua de la desaladora? Está comunmente aceptado que no es recomendable seguir consumiendo agua del subsuelo ya que los recursos hídricos almerienses podrían verse gravemente afectados. Es por ello que hoy por hoy no queda otra solución que consumir agua desalada.
¿De qué otra manera, si no se sube el recibo ni se paga desde el Ayuntamiento, se podría solucionar este problema? «La discusión no está ahí» respondía Jose Antonio Alfonso, «Es bueno que se produzca la desalación» afirmaba el concejal porque la verdadera crítica del partido socialista no es el método de obtención de agua sino el momento de hacerlo.
La realidad es que la alternativa al agua de los pozos es el agua desalada porque Jose Luis Rodríguez Zapatero derogó el plan ideológico nacional que el gobierno de Aznar tenía preparado. Jose Antonio Alfonso defendía la decisión del expresidente Zapatero: «Hablamos de inversiones que repercuten en función de la población». Y es que precisamente esa es la cuestión fundamental del asunto. El plan hidrológico nacional constaba de una gran inversión en infraestructuras hídricas que a día de hoy podrían haber solucionado los problemas de sequía que nos ocupan. Además esta inversión iba a ser confinanciada con fondos europeos.
