VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ? El Pingurucho, el Parque, Enriquito y el totalitarismo de los Premios Nobel, por Víctor J. Hernández Bru.
Lo prometido es deuda: ayer lo anuncié y aquí va, un vídeo blog dedicado a mi buen y nuevo amigo Enrique Ruiz que, curiosamente, es abogado al mismo tiempo de Ecologistas en Acción y de Amigos de la Alcazaba. ¿Por qué digo curiosamente? Sencillo: porque la coincidencia viene a confirmar que todos estos grupos ecologistas, conservacionistas, inmovilistas y, en general, más pesados que el plomo derretido, son cuatro gatos que no dejan de dar la lata, que se mueven mucho, que intentan hacer ver que son muchos, pero que son siempre los mismos perros, perdóneseme el símil faunístico, que cambian de collar con gran frecuencia. En concreto, en la foto que ilustra la información de lo acaecido ayer, podemos ver la friolera de 16 personas. Una barbaridad.
El caso es que el tal Enrique Ruiz, que si dice que es abogado yo me lo creo, nos dejaba varias perlas que ejemplifican a la perfección el nivel de raciocinio, rigor e incluso respeto a la democracia que tienen estos minúsculos grupúsculos.
Para empezar, ya de por sí reconocer que su finalidad es paralizar la remodelación de la Plaza Vieja, que es uno de los puntos del programa electoral de la fuerza política que ganó las elecciones y hoy gobierna en Almería es ya una muestra clara de la forma de entender la política y el gobierno de las instituciones que tiene esta gente. Para ellos, el sistema de las mayorías es una suerte de elección variable que vale siempre y cuando se trate de su complacencia, pero que no es sólo cuestionable sino más bien inservible cuando la opinión de la mayoría no comulga con la suya propia.
Pero además, el tal Enrique, al que yo llamaré Enriquito por su forma de entender un sistema maduro de mayorías democráticas, manifestaba ayer que el traslado de un monumento que nunca ha estado en un jardín histórico supone la alteración sustancial de éste. Yo ciertamente no estaba allí cuando Enriquito pronunció estas palabras que piden mármol o, al menos, mención especial en la gala de los Premios Nobel, pero lo he escuchado y os aseguro que es así. Es más, comprenderé que alguien pueda incluso dudar de que Enriquito dijera ayer tan monumental chorrada, pero para eso está el podcast del programa que tenéis a vuestra disposición en la web de Es Radio Almería.
O sea, que ayer Enriquito descubrió que trasladar un monumento a un jardín histórico supone alterar a éste. Toma tila, Florencio, que diría un profesor mío de la EGB, ese sistema educativo que estoy seguro que no disfrutó Enriquito. Es más, queridísimo: incluso trasladarte a ti allí también sería alterarlo; y si te trasladamos al desierto del Sáhara alteraremos el panorama de éste e incluso mejoraremos el de nuestra ciudad. Por cierto, Enriquito y amigos:; ¿y se puede saber qué pasa por alterar el panorama del Parque Nicolás Salmerón? ¿Sabéis cuántas decenas de veces se ha alterado dicho panorama en el último siglo? ¡Pero vosotros qué vais a saber, si no sabéis más que molestar y entorpecer el desarrollo de la ciudad!
Y espérate, que el Enriquito en cuestión no se quedó ahí. El tipo llegó a decir, textualmente, que en la Comisión Provincial que ha aprobado el traslado, hubo dos votos en contra y que ello demuestra que el traslado no es idóneo. Huelga decir que el cambio se aprobó por amplia mayoría, pero para Enriquito y sus amigos bolivarianos, cuentan más los dos votos en contra que los de la mayoría a favor. ¿Y sabéis por qué? Sí lo sabéis porque os lo acabo de explicar: porque para estos totalitarios, la única voluntad, los únicos votos que cuentan son los que son de su mismo color.
