VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?: Greenpeace y los ecologistas: Cuando todo argumento está basado en la mentira, por Víctor J. Hernández Bru.
El pasado viernes, a quien no la escuchara le recomiendo que la rescate de la sección de podcast de nuestra web, tuve el placer de entrevistar a Mariajo Caballero, que es una de las portavoces de Greenpeace en España, a propósito del esperpento, del circo que de nuevo los ecologistas, y de nuevo con el primer partido que ha dado carta de naturaleza legal y ejecutiva a la cuestión, como ocurrió con la de El Algarrobico, están montando con el Cortijo de las Chiqueras, a un kilómetro de la playa de Los Genoveses, y de su rehabilitación destinada a la apertura de un eco-hotel de 30 habitaciones.
No es fácil de empezar a relatar la sarta de mentiras que Mariajo quiso sostener ante mis narices, porque todo el argumentario es, en si, una gran mentira. Greenpeace argumenta, en su bazofia web de Change.org que el proyecto incumple la ley. Obviamente, en ese sitio web no da ni una sola razón que lo argumente y, preguntada por mí, lo más cercano a una ilegalidad o a un incumplimiento de la ley es que, según ella, para convertirlo en hotel, el cortijo deberá ser conectado con tuberías con el núcleo más cercano para el abastecimiento y saneamiento de aguas.
Hay que ser muy tarugo para no estar al tanto, en pleno siglo XXI, de que hoy en día los núcleos aislados de poblaciones solucionan esas necesidades por si mismos, por métodos absolutamente sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, como por ejemplo las pequeñas estaciones depuradoras que, por cierto, luego permiten reutilizar las aguas negras y grises para determinadas necesidades.
Pero sobre todo hace falta tener la cara como el cemento armado para decir que la ilegalidad del proyecto se basa en que ella misma y sus colegas de las coletas, las bandurrias, las flautas y los perros pulgosos imaginan que, en un futuro no muy lejano, para explotarse como hotel cometerán la ilegalidad de sembrar el parque natural de tuberías.
A Mariajo le pregunté si cree que realmente El Algarrobico es mínimamente comparable con Las Chiqueras y me contestó que no, en la única verdad que dijo en más de diez minutos de entrevista; y le pregunté también, hasta tres veces, si piensa que el propio Algarrobico está ahora mejor, con un amasijo inútil de cemento y hormigón, con respecto a si lo hubieran terminado y abierto como hotel. En ninguna de las tres ocasiones logré que me respondiera, porque a esta gente no le interesa hablar de la verdad, de la realidad de las cosas, por ejemplo de que Greenpeace es el principal culpable de que hoy, en Carboneras, en lugar de un hotel que dé trabajo a más de 200 personas de manera directa y algunas más de forma indirecta, convirtiendo una playa bastante impracticable, por cierto, en un pequeño paraíso junto al mar como hay en prácticamente toda la costa española y mediterránea.
Preguntarle eso a Mariajo es, sin duda, como darle un morreo a una estatua, costumbre que, por cierto, parece que están adoptando también los perroflautas de esta especie.
