VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?: Políticos que se creen invencibles y la mentira del actual feminismo, por Víctor J. Hernández Bru.
Conste que la culpa es nuestra: somos nosotros los que los votamos, los que nos creemos sus patrañas o al menos no se las echamos en cara, los que les compramos todo a los que piensan como nosotros y le reprochamos todo a los contrarios, los que nos tragamos que nos falten al respecto mientras sudamos la gota gorda para pagar sus sueldos.
Pero la realidad es que hemos llegado a un diabólico punto en el que no es difícil encontrar un político que se cree invencible, capaz de pensar que cualquier cosa va a colar, que todo lo que salga de sus diminutos cerebros será dado por bueno por esa plebe aborregada y cobarde, sumida en el placer de no moverse incluso cuando está siendo devorada por las hormigas de la Marabunta.
Tengo por seguro que el peor defecto que puede cometer un ser humano es creerse invendible y, en ello, los políticos no son diferentes; es más, son campeones del mundo. Tanto tiempo rodeados de apesebrados, sobadores de lomo, paniaguados y pelotas cósmicos en general les ha hecho convencerse de que son todos premios nobeles, además de simpáticos, inteligentes cultos e incluso guapos, a pesar de lucir una chepa indecente como la del Coletavirus.
De él quiero hablaros precisamente: ejemplo máximo de tipejo muy limitado en todo, al que el haberse rodeado de inútiles que le han empujado a un éxito tan inmerecido como insospechado, le han convencido de que puede con todo y con todos. Ello, hasta el punto de creerse en disposición de provocar el robo de la tarjeta de teléfono de una subordinada, revisar su contenido, decidir no devolvérsela a su legítima propietaria, destruirla e incluso contarlo públicamente, añadiendo además que todo esto lo hizo para proteger a dicha señora, a la que además llama despectivamente una mujer de veinte y pocos años.
La paradoja más vergonzante es que todo esto lo ha dicho un tipejo entre cuyas mentiras para alcanzar el poder figura en letras de oro la patraña feminista, los cuentos ésos de la lechera de que iban a solucionar los problemas que ellos mismos inventaron para las mujeres. Al tiempo que uno de sus ministerios lanza una campaña que reza “si tu chico te controla el móvil, denúncialo”, él se dedica a hacer eso mismo. Y cuela; cuela para mucho imbécil aborregado que sigue defendiéndolo.
Y entre quienes permanecen impasibles, impertérritos y mudos, todos los integrantes de esa patraña colectiva que es el actual feminismo, o feminazismo o como se quiera llamar, trufado de mentiras e inventos esculpidos únicamente para cosechar el voto de los más acríticos miembros del rebaño.
¿En serio ningún feminista, ninguna feminista va a decir ni pío de esta exaltación del más rancio machismo del Coletavirus? ¡Qué va! Seguramente, no faltará quien pida para él el Premio Princesa de Asturias de la Igualdad. Y si no, al tiempo…