VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?: Una manifestación a beneficio de sí mismos, apoyada por los cuervos que hemos alimentado, por Víctor J. Hernández Bru.
Con una ministra convertida en fiscal general, con una purga de todos los altos cargos de las Fuerzas de Seguridad que no comparten las decisiones del ejecutivo, con guardias civiles convertidos en policías políticos persiguiendo a desafectos al régimen que se manifiestan en redes sociales y con miles de muertos miserablemente escondidos en los arcones para que no resten brillo al autobombo gubernamental, desde luego que no hay absolutamente nada que pueda extrañar ya a estas alturas en este país.
Sin embargo, algo sí que choca que la siguiente maniobra sea la convocatoria de una manifestación de los partidos que conforman el gobierno, más los sindicatos, es decir, la misma cosa, puesto que los sindicatos de clase no son más que el brazo laboral de estos partidos de la izquierda, en favor del propio gobierno.
No ha habido antes, en 40 años de democracia, ningún otro gobierno que haya tenido la cara dura de convocar una manifestación en favor de sí mismo, a beneficio propio, para aplaudirse a sí mismo por lo bien que lo han hecho, por los cerca de 50.000 muertos, de los cuales se reconocen aproximadamente la mitad y que, aún así, constituyen el récord del mundo en fallecidos por cada millón de habitantes.
Para ovacionar una política económica anti-crisis basada en cobrar impuestos a autónomos y pymes obligadas a cerrar sus puertas, en echar de España a gorrazos a las grandes multinacionales que dan millones de puestos de trabajo a base de masacrarlos a impuestos y en poner en marcha una estrategia de ERTEs que ha terminado por dejar a deber dinero a trabajadores hasta el plazo de 75 días y a no saber, a estas alturas, cuando resta una semana para el final del plazo, qué va a pasar con todos esos trabajadores.
Hay que tener cara, hay que ser desvergonzado, no sólo para convocar una manifestación a favor de uno mismo, sino para hacerlo además ante un panorama tan desolador como el aquí descrito, tan sólo con cuatro pinceladas que apenas alcanzan a dibujar el sindiós en que PSOE y Podemos, en que Pedro I el Falso y el Coletavirus han convertido un país que heredaron en marcha de la etapa de Mariano Rajoy.
Pero, si se me permite, más grave que esa miserable actitud de permanente autocomplacencia de los integrantes de este indigno gobierno, a mí me enrabieta mucho más, me rebela, me pone como un toro de lidia, esa estructura sindical que, a base de tópicos, mentiras y situaciones falsas llevas al paroxismo, hemos construido en este país, con la desvergüenza de unos y el silencio apocopado y acomplejado de otros entre los que me he encontrado, para dar cabida a un soporte estructural inquebrantable para los partidos de la izquierda.
Durante años, hemos construido un sólido edificio de vagos y sinvergüenzas que viven del cuento con el único objetivo de servir de apoyo a comunistas y socialistas. Y lo peor es que, aún hoy, que vemos cómo esta estrategia, ese silencio cómplice nos está carcomiendo a velocidad de vértigo, seguimos siendo muy pocos los que ponemos el grito en el cielo. El sábado, en el Paseo, todos a seguir dando de comer a los cuervos, para que terminen de sacarnos los ojos.
