Acusa de «enchufismo» al Gobierno de la Junta sin aportar ni una sola prueba y, además, siendo él representante del gobierno más enchufista de la historia, el de los 40 años de socialismo en la Junta; y además demuestra no saber lo que es el mando único, que atribuye a Moreno Bonilla, cuando es competencia exclusiva del Gobierno de España.
Nuevo ‘show Sánchez Haro’: más acusaciones sin pruebas y desconocimiento del ‘mando único’.
Absolutamente rocambolesca la comparecencia de hoy del portavoz del PSOE Andaluz, Rodrigo Sánchez Haro. En su afán de criticar todo lo que sale del Gobierno de Andalucía, el almeriense ha llegado a evidenciar su supina ignorancia en terminología, puesto que ha afirmado que «»Moreno Bonilla quería el mando único para para enchufar a allegados al PP como vigilantes en las playas durante el verano», demostrando que no sabe que el ‘mando único’ es el que ha declarado el Gobierno de España, asumiendo las competencias de las comunidades durante el Estado de Alarma.
Es imposible que un presidente de comunidad tenga ‘mando único’ y, en realidad, lo que está sucediendo en Andalucía y en el resto de comunidades es que éstas están recuperando sus competencias tras el cese de ese ‘mando único’.
Se trata de una más de un político cuyo rigor, coherencia y sobre todo conocimiento, en este caso de la terminología administrativa y legal, están muy por debajo del cero.
Pero más allá de la falta de aplomo de Sánchez Haro para intentar disimular esa ignorancia, una semana más el número 2 del PSOE de Almeria ha regalado a los ciudadanos una ristra de acusaciones contra el Gobierno de Andalucía sin poner sobre la mesa ni una sola prueba: sólo suposiciones, imaginaciones y sospechas sin demostrar, si un sólo gramo de trabajo para intentar esclarecer dichas acusaciones.
Así, se ha preguntado por «qué criterios ha primado en su contratación, qué se ha baremado, qué conocimientos o aptitudes se han tenido en cuenta, y por qué se ha hecho todo el proceso de espaldas a los ayuntamientos y al Servicio Andaluz de Empleo”, como si el puesto de vigilante de la playa fuera el de un alto funcionario de la Unión Europea: sencillamente esperpéntico.
El dirigente socialista ha ahondado aún más en la caricatura de sí mismo, afirmando que “hay demasiadas sombras en esos 3.000 contratos de casi 2.000 euros al mes, que se han dado con opacidad, con falta de transparencia y sin que todos los parados andaluces puedan participar”, pero no ha explicado ni fundamentado en absoluto dichas acusaciones.
Y en el colmo del ‘espíritu del TBO’, ha llegado a poner de manifiesto, como si realmente estuviera contando algo interesante, que “hay alcaldes que se están enterando de que el lunes comienzan a trabajar en sus playas estos vigilantes porque las propias personas contratadas les han llamado por teléfono”, como si ello fuera demostrativo de algo. Realmente, una auténtica falta de respeto a la ciudadanía y a los medios que han seguido la comparecencia para no obtener absolutamente nada en claro.
Pero quizás lo más grave de sus palabras es que ha utilizado el término «enchufismo intolerable”, cuando él representa al PSOE de Andalucía, el que estuvo 40 años gobernando una comunidad a base de enchufes, colocaciones de amiguetes, asalto a las instituciones para hacer que vivieran de ellas cuantos más dirigentes de su partido mejor y en cuyo currículo, el del partido, figuran casos tan escandalosos como los EREs y la Formación; casos de corrupción récord en España, basados precisamente en ese espíritu clientelar y de enchufes de alto voltaje.
Una semana más, Rodrigo Sánchez Haro ha protagonizado una mezcla entre falta de respeto a los ciudadanos y a los periodistas por el tiempo perdido y ridiculización de su propia imagen, ya de por sí bastante deteriorada.
