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VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?: «Diario del coronavirus, día 29: Marlaska y el mayor ataque a la libertad de información de la historia de España y sus constituciones»

 

VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.

DIARIO DEL CORONAVIRUS, DÍA 29: “El Ministerio del Interior está monitorizando las redes sociales en busca de bulos y noticias falsas, para ponerlos en conocimiento de la autoridad judicial. En estos momentos las redes sociales son utilizadas de una forma indebida, en algunos momentos incluso criminal, difundiendo noticias absolutamente falsas y tendenciosas”. No lo digo yo. Lo dijo, el sábado, el ministro del Interior, el mismo que una semana antes había dicho textualmente que “este Gobierno no tiene nada de lo que arrepentirse”.

El anuncio se producía en la habitual rueda de prensa de ministros de cada día, tras la intervención, soporífera y absolutamente vacía de contenido del ministro Illa, aquél al que incluso Pedro Sánchez hubo de retirarle la responsabilidad de las compras de material sanitario, tras el desastre que había provocado.

El aserto de Marlaska es grave en sí mismo, puesto que solo en los estados totalitarios y carentes del mínimo sentido democrático, el poder ejecutivo se erige en vigilante y juez de la veracidad de las manifestaciones de sus ciudadanos, pero cobra aún mayor gravedad, la máxima cabría decir sin exagerar, proviniendo de un ministro de Justicia, proviniendo de un vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidente de sala en la Audiencia Nacional.

Desde que en 1812 se promulgara la conocida como La Pepa, los españoles hemos estado regidos por ocho textos constitucionales, con muy diferentes matices entre la democracia y el poder totalitario. En el siglo XIX, ninguna salvo la propia constitución de las Cortes de Cádiz y la de la primera república, en 1869, tuvieron un carácter democrático. Más aperturista fue la de la Restauración, en 1876. Desde entonces, la segunda republica se dotó de la suya en 1931 y la actual democracia en 1978. Entre ambas, las Leyes Fundamentales del franquismo, de carácter absolutamente totalitario.

Sin embargo, ninguna de todas estas leyes de leyes, ninguno de estos textos constitucionales, ni mucho menos el actual, depositaba en el poder, fuera éste de carácter democrático o de cariz totalitario, la potestad de verificar si un aserto es o no verídico.

Ni siquiera los textos legales más absolutistas o totalitarios, ni siquiera los de 1837 y 1845 en el siglo XIX o el mencionado impulsado por Franco tuvieron la osadía de hacer descansar en el poder ejecutivo la potestad de aprobar como verdadero o rechazar como falso.

El paso dado por este gobierno de Pedro Sánchez y explicado el sábado por esa deshonra del poder judicial llamada Fernando Grande Marlaska es ir mucho más allá de la censura previa que adornaba las constituciones y las leyes de prensa e imprenta más restrictivas en la historia de este país y, por supuesto, guste o no, digan lo que digan los palmeros bien regados o mejor instruidos de la ideología imperante, es el más firme paso hacia una dictadura totalitaria. A partir de ahora, del pasado sábado, será el gobierno el que identifique quién incurre en acción de faltar a la verdad. Aún esperamos que alguien nos diga cuál será la pena para quienes, según el Gobierno, cometan tal falta.

La pregunta es, ¿identificará este Gobierno de Sanchez y Marlaska como falsarios a quienes levanten falso testimonio en su propio favor? ¿Tildará de embusteros a quienes digan la verdad en contra del Gobierno? De una forma u otra, quienes vamos a seguir sosteniendo la lanza de la libertad de expresión y el derecho a la información, saldremos también de esta… #Unidos.

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