VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
DIARIO DEL CORONAVIRUS, DÍA 15: Se acabó la tregua. He defendido por activa y por pasiva que no era momento de pasar facturas, ante una gestión del Gobierno de Pedro Sánchez que pasará a la historia por su ineptitud, su falta de preparación y su contribución a la muerte y a la ruina generalizada; que vendrían tiempos para ajustar cuentas y pedir responsabilidades. Pero se acabó.
Inexplicablemente, sin que nadie sepamos por qué, este gobierno social-comunista-anarquista está aprovechando la crisis para ahondar aún más en el ambiente guerracivilista en el que, desde sus inicios, ha parecido moverse con más agilidad. El rescate de las cuitas de la Guerra Civil se convirtió, vía Franco y el Valle de los Caídos, en su primer objetivo, en su primera medida de gobierno.
Ahora, con la rotunda crisis mundial en la que estamos medidos, todos pensábamos en una gestión menos politizada, menos confrontadora y más planificada desde el punto de vista de la unión de todo el pueblo español, más allá de diferencias ideológicas y partidistas.
Pero no. Poco a poco hemos ido descubriendo que el Gobierno quiere aprovechar la crisis para aumentar hasta el límite la brecha que él mismo ha ido fabricando, aquella división entre ‘Las Dos Españas’ que pintó magistralmente Goya en su ‘Duelo a Garrotazos’ y de la que hablaron Joaquín Costa, Ángel Ganivet, Menéndez y Pelayo, Giner de los Ríos, Valle Inclán, Machado y tantos otros.
Las últimas medidas económicas del gobierno son una provocación, un canto al enfrentamiento social, una irresponsabilidad tan sólo al alcance de quien jamás comprenderá la gravedad de sus hechos. Obligar a nadie, sea empresario, autónomo o particular, que regale dinero por no trabajar a otro ser humano no sólo es propio de una república bananera, de una dictadura totalitaria, sino que es una mecha perfectamente diseñada para que arda el conflicto.
Cerrar empresas y, mientras tanto, exigir el pago de salarios y la contribución de impuestos no sólo es no tener ni idea de cómo funciona una empresa, sino que es introducir un cartucho de dinamita en la base fundamental de toda economía.
Pedro Sánchez, que nunca fue un tipo de fiar, no sólo se ha expuesto al contagio del COVID-19 a través de la convivencia con el comunismo extremo, con la extrema izquierda de Pablo Iglesias, sino que ha terminando convirtiéndose en un peligro para nuestro país en todos los sentidos.
Llegados a este punto, es evidente que sólo una cosa puede salvarnos, sólo hay una salida: la confirmación de un gobierno de emergencia formado por quienes verdaderamente tienen conocimiento y capacidad para afrontar este agujero negro en el que nos han metido, ya a partes iguales, un virus tremendo y una gestión aún peor. Sería una fórmula para trabajar juntos, pero juntos de verdad, no de boquilla. #Unidos.
