VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
DIARIO DEL CORONAVIRUS, DÍA 13: Llevo un día dándole vueltas y, la verdad, aunque la he leído en todos los periódicos que he consultado, sigo resistiéndome a creer que lo que todos cuentan sea verdad; me niego a aceptar que el gobierno de mi país, ante la situación más compleja y amenazante que hemos vivido desde 1939, haya ido a comprar un elemento indispensable al mercado negro y le hayan dado gato por liebre.
Quiero pensar que somos los periodistas, llevados por nuestro gen maligno y perverso, que nos lo estamos inventando, pero claro, es que leo la noticia incluso en los medios más progubernamentales que existen en este país.
Pienso, entonces, que esto es algo que le puede suceder a cualquiera, que ante la urgencia, las prisas, la presión mediática y política pues uno sale corriendo y le compra unos tests absolutamente fundamentales para detener el contagio del COVID-19 al primero que encuentra, pero claro, luego pienso en la responsabilidad de un gobierno, de quien tiene como encomienda de librarnos de esta plaga que nos ha tocado vivir y que ha de tomar decisiones basadas en un conocimiento científico y profundo de cada realidad y no puedo pensar que haya podido hacer las cosas tan a la ligera.
Entonces, ¿qué es lo que está pasando? ¿Cuál es la explicación a tan descomunal falta de profesionalidad, de capacidad de gestión? ¿Por qué no sabemos aún quién es el responsable de un error de tan abismal tamaño? ¿Piensa alguien dimitir por alguna de las rotundas torpezas con las que este gobierno está gestionando esta crisis? ¿Tiene esto algo que ver con que el gobierno está integrado por un grupo de personas que prácticamente no tienen experiencia en gestión en absolutamente nada?
Sí, he repetido mil veces que no es momento de pasar facturas, que no es momento de señalar a los culpables, que aún no toca iniciar la evaluación política del proceso, pero el asunto de los tests anómalos comprados en el mercado negro chino ha sido la gota que colma el vaso, el asunto que nos descubre que aún estamos a tiempo de exigir un radical giro de timón en esta gestión, con el que quizás intentar reducir el tremendo daño que se está haciendo a este país, más allá de la irresponsabilidad de lo que ocurrió el 8M y la nefasta gestión de compras que el ejecutivo ha llevado a cabo desde el inicio de la crisis.
Y a pesar de todo ello, a pesar de viajar en una nave en la que cada día el timonel demuestra no haberse puesto nunca al frente de un barco, a pesar de que el ingeniero de la obra se llama Pepe Gotera y su ayudante Otilio, cada día estoy más seguro de que, por nosotros, por este país y quienes lo componemos, lo vamos a conseguir, ya sabéis, #Unidos.
