VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
La Diario del coronavirus, día 3: hoy es miércoles. Y como cada semana, también cuando hay coronavirus de por medio, ayer fue martes. Esto podría parecer una redundancia o una gilipollez. Y sin duda lo es. Pero la realidad es que el hecho de que ayer fuera martes reviste bastante importancia.
El día de ayer era el que estaba previsto que el gobierno de emergencia del que ahora disfrutamos promulgarse las esperadísimas medicas económicas ante la crisis del Covid-19. Y así fue, lo hizo. No podemos decir que no estemos mejor que antes de este paquete de medidas, aunque creo que es bastante unánime la sensación de que se han quedado muy, pero que muy cortas, especialmente para autónomos y empresas.
En el momento en el que hay muchas pequeñas empresas y negocios cerrados porque se ha prohibido que estén abiertos; cuando muchos se aprestan a no ingresar ni un solo euro en un plazo indefinido, que puede ser de un mes, dos o los que sean; al tiempo que una gran cantidad de los autónomos de este país que intentan al menos seguir siéndolo, parece estar muy fuera de la realidad presentar como medidas de ayuda el aplazamiento en el pago de los impuestos o los créditos para contraer deudas que no se sabe si se podrán pagar.
A estas alturas, creo que ha llegado el momento de ser muy sinceros y llamar a las cosas por su nombre. La batería de medidas económicas presentadas ayer por el Gobierno Sánchez tiene elementos positivos, especialmente destinados a los trabajadores, pero es una completa inutilidad en el ámbito de los autónomos y las pymes; dicho de otra manera, es como darle una aspirina a un tipo al que se le acaba de diagnosticar un cáncer… o un coronavirus.
El paquete de medidas presentado ayer es un parche, un conjunto de propuestas para paliar un pequeño problema, pero se convierte en una tirita que se quiere colocar para tapar un boquete de cuatro metros en la proa de nuestro transatlántico económico.
No tengamos miedo a decirlo; la nueva situación, el nuevo orden económico que se nos avecina, con ser incierto, tan sólo arroja un veredicto claro: el de que es imprescindible que las instituciones y autoridades pongan encima de la mesa medidas inéditas, impensables hasta hace quince días. Y desde luego, es absolutamente inconcebible pedirle a quien no va a ingresar nada en meses, que pague impuestos. Por tanto, la supresión de tributos debe ser la primera piedra para construir ese nuevo orden.
Mientras tanto, recuerda: juntos lo vamos a conseguir. #Unidos.
