Ante un auditorio compuesto por 3.000 personas, muchas de ellas portando banderas de España, con todas las sillas ocupadas y gente de pie en toda la ‘U’ que rodeaba el escenario, Santiago Abascal ha vivido esta tarde su particular ‘Vista Alegre’ almeriense, ha cosechado otro lleno hoy en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce, donde ha hecho un repaso a las ideas con las que Vox se presenta a las próximas elecciones, así como las ideas con las que no se presenta, pero que se le achacan continuamente.
Emergencia social de los pequeños empresarios.
Continuamente interrumpido por cerradas ovaciones, Abascal ha ido repasando los pilares fundamentales de su discurso, afirmando, por ejemplo, que «claro que estamos en una situación de emergencia social. Mientras, los que gobiernan piensan en los menas. Por ejemplo, en la comunidad de Madrid, después de que les hayamos apoyado, han aprobado 200 plazas más para menas, con un coste de 24 millones de euros. Calculad a cuánto toca cada uno y qué se podría hacer con eso, a cuántas viudas se podría complementar la pensión, a cuántos españoles se podría ayudar. Ésa es la emergencia social, como la vuestra, de muchos que sois autónomos, que veis cómo los proveedores no os pueden pagar, mientras el Estado os cobra el IVA. ¿No es ésa una emergencia social?».
Cataluña y Franco.
Además, Abascal hablaba de Cataluña, subrayando que «las penas del Tribunal Supremo coinciden con las que pedía el Abogado de Estado, porque dejó de serlo para ser abogado de Sánchez» y de Franco, asegurando que «nosotros hemos recurrido a la Junta Electoral Central que no parece que sea muy urgente sacar a un muerto de su tumba antes del 10-N. Porque no saben qué hacer para parar su bajada en las encuestas. Pero les ha dado la razón esa Junta Electoral».
PSOE y PP.
También ha hablado Abascal de otros partidos, por ejemplo del PSOE, del que ha dicho que «cuando gobierna, las instituciones democráticas y los funcionarios públicos tienen miedo. Pero no sólo ellos: el PP y Ciudadanos también tienen miedo». Y también ha hablado del PP, diciendo que «os han querido atemorizar diciendo que votar a Vox no servía para nada. Anda que no ha tenido utilidad tener a 24 diputados en el Congreso diciendo lo que antes no se decía. Su voto útil es útil para el PSOE. ¿Pero qué utilidad tiene el voto al PP, defender la Ley de Memoria Histórica, las políticas migratorias o el estado de las autonomías del PSOE, tener la misma posición de postración ante la Unión Europea, sin defender a nuestros agricultores o la dignidad de los españoles mientras Puigdemont sigue fugado? ¿Qué es en lo que se diferencia del PSOE? Todos quieren pactar con el PSOE. Todos menos Vox, que hoy asegura aquí la garantía de que nunca facilitará un gobierno del PSOE ni por acción ni por omisión. Facilitaremos otras mayoría y os pedimos que nos deis la fuerza de poder gobernar por delante de otros».
Campañas contra Vox y El Hormiguero: «Que nos sigan boicoteando».
Y por supuesto ha tocado también las campañas mediáticas y políticas contra la formación verde, subrayando que «la izquierda promovió un boicot contra El Hormiguero por llevarnos a nosotros. Sin embargo, va Otegi y no pasa nada; va Pablo Iglesias levantando el puño y defendiendo regímenes totalitarios comunistas tampoco. Quisieron hacernos un boicot, pero desde que llegó Vox todo ha cambiado, porque millones de españoles ya no tienen miedo a la dictadura progre. Por eso, el día anterior a nuestra entrevista, con el bueno de Marc Márquez hubo dos millones de espectadores en ese programa y el día que fue Errejón otros dos, mientras nosotros teníamos a cuatro millones de espectadores viéndonos. Que nos sigan boicoteando».
Insultos, derecha e izquierda.
Profundizando en esa idea, Abascal añadía que «nos dicen extrema derecha, xenofobia, ismalofobia, machismo, homofobia,… Yo ni siquiera voy a decir que somos la derecha. Estamos por encima de esas disquisiciones ideológicas. Aquí hay hoy gente que ha votado a la izquierda y hoy nos vota. Eso no va a ningún lado: ése es un debate del siglo XIX. En un momento de emergencia nacional y crisis social, defiende las cosas obvias, que comparten españoles de derecha e izquierda; ese sentido común. Es obvio pedir respeto para los muertos. Eso nos distingue de otras civilizaciones. Es obvio recuperar el amor por la patria, que los niños lo aprendan en el colegio y conozcan todos la misma historia. Es obvio defender la identidad de un país».
Fronteras e inmigración.
Y sobre la inmigración y las fronteras, Abascal sentenciaba que «¿por qué es más lícito que un progre, un comunista, pueda proteger su propiedad privada, casa, su gran chalé con piscina con muros altos, pero la casa de todos los españoles no la podamos defender? Y todo ello porque nos ha venido a decir Zapatero que la tierra es del viento y España es de África; y y nos ha dicho el registrador de la propiedad que se fue a Santa Pola que no cree en las fronteras. Nosotros sí creemos en ellas, porque son las paredes de nuestra casa, porque guardan nuestras libertades, nuestra seguridad y prosperidad y porque España nos pertenece a los españoles. Aquí dejamos pasar a los que llaman a la puerta y viene a trabajar respetando nuestras leyes y nuestra cultura, aportando algo a nuestra sociedad», añadiendo que «los inmigrantes no tienen ninguna culpa; la culpa la tienen quienes los llaman para que vengan y para que se jueguen la vida en el Mediterráneo. Ellos no tienen la culpa; no nos volvamos contra ellos».
