VIDEOBLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
Encontrar un político que reconozca un error propio o de su partido es infinitamente más difícil que hallar un trébol de cuatro hojas, que por definición tienen tres, un mirlo blanco o un país por el que haya pasado el comunismo y que no haya sufrido ruina económica.
Que la economía occidental y seguramente mundial se apresta a recibir una nueva crisis es algo que ya acepta cualquiera, lo cual viene provocando últimamente que las autoridades internacionales adviertan a los gobiernos de los países que hagan el favor de ordenar sus políticas económicas y adaptarlas a sus recursos y a sus capacidades de generar valor, porque de lo contrario tendrán que venir luego pidiendo ayudas; y las ayudas ya se sabe cómo se reciben de estos organismos interestatales; y si no, que se lo pregunten a Grecia o a los pocos españoles que aún nos acordamos de la tunda que le dieron a Zapatero por tirar con pólvora del rey luego esperar que viniese papá Europa a pagar la fiesta.
El partido socialista ha demostrado tener magníficos gestores económicos, algo que se puede observar, por ejemplo y sin ir más lejos, en algunos municipios almerienses, pero la realidad es que cada vez que ha ‘tocado pelo’ en el gobierno de España, ha dejado las arcas tiritando y a los españoles mirando al sol, que no es lo mismo que cara a sol, aunque no se sabe muy bien qué es peor.
En todo caso, no parece haber escarmiento en los gestores económicos socialistas a nivel nacional, seguramente porque en la esencia de sus políticas y su ideología económica, está intrínseco el gasto sin tener en cuenta los recursos.
Con Pedro Sánchez a la cabeza, el PSOE lleva meses diciéndonos que va a elevar determinados gastos, empezando por el sueldo mínimo y otros gastos mal llamados de carácter social y que la vía para hacer frente a todo ello son los impuestos, en una clarísima muestra de desconocimiento del funcionamiento de la economía que, ante subidas de impuestos, siempre termina contrayéndose y ante la elevación de los costes salariales, no duda en destruir empleo.
Es justo lo que está sucediendo en este momento, previo, insisto, sin ninguna duda, a una nueva crisis; en el que lo que todas las organizaciones internacionales aconsejan justo lo contrario, es decir, extremar las precauciones en el gasto y fortalecer la salud de las empresas, para que éstas tiren de la creación de empleo como principal motor del antídoto contra la crisis.
Mucho me temo que las elecciones del 10-N van a ir mucho de eso, de que nos digan si se van a implementar políticas como las que se han de llevar a cabo en una casa cuando llega el momento de apretarse el cinturón o si se va a seguir viviendo como si el dinero público no fuera de nadie.