Miguel Molina, médico residente de cuarto de año de medicina familiar, ha explicado que es un médico que, terminada su carrera, hizo el MIR y que en mayo «acabaría mi periodo de formación de cuatro años» pero debido a las medidas del Gobierno tendrá que seguir como residente.
En cuanto a las medidas adoptadas por el Gobierno, que inciden especialmente en los sanitarios, ha dicho que estas medidas consisten el la «prórroga de nuestros contratos como residentes, es decir, todos los que estamos en nuestro último año no vamos a optener nuestro título com especialistas». «Este contrato nos precariza».
Asimismo ha dicho que «podríamos llegar a enterdelo, por la situación excepcional, si el Gobierno no hubiera contemplado en el BOE que se podían contratar como especialistas a personas que no tuvieran el título de especialistas». «No es una lucha contra ellos, pero si es un agravio comparativo».
Molina ha destacado que hay que pensar en los pacientes y «pensar en la preparación que un médico a de tener y saber reaccionar ante diversas situaciones durante una guardia». Además ha recordado que además del COVID-19 sigue habiendo «ictus, infartos y situaciones críticas previas a esta pandemia».
«Tenemos un ministro que tiene una titulación en filosofía y no es la más adecuada». Es un ministerio «especial y que debería haber alguien que conozca la trinchera de la sanidad para poder gestionarla y trabajarla bien». Aunque esté bien asesorado «nunca se toman las mismas decisiones si has vivido antes en ese campo».
El decreto que han sacado «nos duele mucho» porque nosotros «ya estamos trabajando como especialistas» y nos han «precarizado, cobrando menos dinero». «Nos pagan menos de lo que merecemos».
«Al final esto es el juego de la patata caliente y debería de ser un tema objetivo y no hacer política con estos temas». Lo que realmente importa es «la salud de las personas».
Finalmente Miguel Molina ha hablado de la polémica de los test y ha dicho que «no se han hecho test a todos los ciudadanos y que son cifras estadísticas y no reales». Mientras «no se lleve a cabo el test masivo no podremos saber como afectará esto a la población». Las medidas de confinamiento están dado sus frutos y «nos orientamos por las personas más graves que entran». El Gobierno hará unos 30.000 test pero «vamos un poco a ciegas» y la sensación es que parece que «vamos a mejor y en Almería hemos tenido bastante suerte».
Este virus «nos ha demostrado que cuanto nos confiamos, caemos» y que el momento de la salida la tomemos con precaución.
