VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Vïctor H. Hernández Bru.
No puedo negar que disfruté ayer, durante la entrevista que me concedió el líder del PSOE en Almería, José Luis Sánchez Teruel; entrevista que, por cierto, ya le agradecí en directo y posteriormente en diferido y le vuelvo a agradecer ahora, no ya sólo por la necesaria cortesía en estos casos, sino porque hemos de reconocer que no era fácil someterse a preguntas que el protagonista ya sabía de antemano que serían descarnadas y sin tapujos, por el entrevistador y por el medio en los que se producía, especialmente en el momento en el que estamos.
Disfruté porque es un gusto, para todo periodista, poder preguntar con libertad y sin ningún tipo de restricciones a un alto dirigente político el por qué lo que hace un año era para él y para su partido algo absolutamente intolerable ahora se ha convertido no sólo en aceptable sino incluso en recomendable; por qué los compañeros de viaje que hasta hace unos meses quitaban el sueño al socialismo o simplemente no servían ni para compartir un vaso de vino, ahora son apoyos necesarios, cuando no curiosos compañeros de catre; por qué la infranqueable línea roja con el partido que siempre ha defendido y sigue defendiendo el asesinato, la bomba lapa y el tiro en la nuca como método para llegar a su fin, han quedado hechas trizas ahora, por obra y gracia del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
No puedo decir, en cambio, que disfrutara escuchando al señor Sánchez Teruel intentar fracasadamente escapar por las rendijas de la verdad, huyendo de las preguntas que le planteaban ante la imposibilidad de responderlas. Porque cuando a uno le hacen una pregunta, sólo se pueden responder con la verdad o con la mentira. Y ayer, a las preguntas sobre el copernicano giro no ya del PSOE, sino de todos y cada uno de sus integrantes, antes corajudos oponentes ante el terrorismo de ETA y el parlamentarismo de sus oponentes y hoy coleguitas de juergas y compañeros de pacto de esos mismos señores, sólo se puede mentir o salir huyendo.
Porque la verdad, la respuesta cierta y sincera a esa pregunta, como la de por qué ahora los comunistas que quitaban el sueño son unos magníficos socios para llevar adelante esto que llamamos España; o por qué antes “jamás los de ERC iban a conseguir sus planes con los votos de los andaluces”, que decía a voz en grito Susana Díaz, mientras que ahora son sustento fundamental para la investidura, es absolutamente inasumible.
Porque la respuesta sincera a esa pregunta sólo es una: lo ha dicho Pedro Sánchez. Quienes antes abominaban a EH Bildu y a lo que representa, quienes antes ponían a caer de un burro al comunismo y el anarquismo de Podemos, quienes antes no estaban dispuestos a ceder ni un milímetro ante el independentismo de ERC, ahora se han tapado la nariz para apoyar todo ello, cuando no para votarlo en sede parlamentaria, con tal de no desagradar al líder, que ha hablado. Es la política, amigos; la más sucia y deshonrada política. Es el papelón más abyecto y vergonzante que le ha tocado jugar a un partido serio, honrado e histórico.
