VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
De lo que ha pasado en los últimos meses y semanas en España, seguramente lo único indiscutible es que hay que aceptar la voluntad popular. Y aunque esto otro sea bastante más discutible, también me resulta muy evidente que existe un grupo de fuerzas políticas empeñadas en que no se hable de lo que está pasando, en que todo se convierta en un batiburrillo, en un totum revolutum, en un zurriburri, como le gusta decir a Federico, desviando la atención sobre lo que realmente está pasando.
Está uno un poco cansado de que, permanentemente, nos hablen de cosas que son absolutamente evidentes y contra las que nadie se ha manifestado, para intentar dar un barniz de normalidad a situaciones absolutamente anormales.
Porque el hecho de que Pedro Sánchez haya pactado con comunistas y anarquistas para formar gobierno es algo absolutamente legal, como lo es también que haya recibido el apoyo de un partido que no sólo no condena los asesinatos de ETA sino que tiene como portavoz parlamentaria a la antigua editora de un periódico en cuyas páginas ella misma señalaba a las que habían de ser futuras víctimas de la banda; o con un partido que ha dejado claro que sólo tiene una razón de existir: la de conseguir la independencia de Cataluña.
Todo ello es absolutamente legal, como lo es, también, el que haya llegado a esos pactos a pesar de que en la campaña electoral y antes de ella hubiera asegurado que jamás lo haría, que no gobernaría con comunistas y que no negociaría con EH Bildu y con Esquerra.
Es legal, repito. Pero no es legítimo, porque desde el momento en que el candidato Sánchez hace justo lo contrario que se comprometió con la ciudadanía, lo que ha formalizado es un fraude electoral, puesto que el mandato que ha recibido de las urnas es justo el contrario del que está llevando a cabo.
La tercera parte del título de este artículo, la de “lo conveniente”, es ya más bien materia de la opinión particular de cada uno, aunque también en esa parcela se puede echar mano de hechos, de información absolutamente incuestionable, como la de que nunca un gobierno comunista ha servido más que para arruinar la economía de un país.
Ayer, en el Congreso, Sánchez hubo de escuchar a la portavoz de uno de los partidos con los que ha negociado decir que le importa un comino la gobernabilidad de España, entre otras cosas porque lo que quiere es que su comunidad autónoma deje de pertenecer a España; y a otro afirmar que están en el Congreso porque ni los han eliminado ni los han domesticado.
El que hablaba era un portavoz de EH Bildu, partido que apoya, justifica y celebra los cerca de asesinatos que la banda terrorista ETA cometió en su momento, entre otros, a miembros del partido de Pedro Sánchez. Lo siento, presidente, pero esto, el haber sido investido con la ayuda de estos desalmados, es algo que te voy a estar recordando mientras dure la legislatura; y lo haré porque creo que hay límites que no se pueden sobrepasar; porque pasarlos es legal, pero no es ni legítimo, ni conveniente ni, por supuesto, demuestran que se tenga un mínimo de vergüenza,
