VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
Quiero aprovechar este espacio, hoy, para pedir la dimisión de los portavoces y algunos miembros más del PSOE y de Ciudadanos en el Ayuntamiento de El Ejido. El motivo es que ellos hicieron lo mismo ayer para con la concejal de Servicios Sociales, de Vox, por el hecho de que no fue a la marcha conmemorativa del 25-N y afirmó que no cree en la violencia de género.
Dicho de otro modo, PSOE y Ciudadanos piden la dimisión de la concejal de Vox porque ésta no piensa como ellos, porque tiene una opinión diferente sobre la misma cosa, porque no es sensible a la dictadura de lo políticamente correcto y, sobre todo, entiendo, aunque no lo he hablado con ella, porque no cree en las actuales políticas oficiales de género, basadas en el trato discriminatorio hacia el hombre, en que sólo la violencia contra la mujer es importante y merecedora del máximo esfuerzo y en el robo del derecho a la presunción de inocencia de los hombres, como elemento para tapar la ineficacia de las políticas seguidas por la Ley Integral de Violencia de Género para detener esta lacra.
Si esto es lo que piensa Almudena Martínez, si éstos son realmente los motivos para pedir su dimisión, quiero aclarar a PSOE y Ciudadanos que yo no voy a dimitir, a pesar de que pienso exactamente lo mismo; y añado, otra vez, que pido su dimisión, por formar parte de la dictadura de género que intenta apoderarse de nuestra sociedad e imponer un férreo régimen que impida que nadie piense nada que no esté contemplado en el ideario feminista, por no decir feminazi.
Estos señores que han pedido la dimisión de Martínez no son más que un ejemplo más de esa postura totalitaria que tan profundamente se ha incrustado en nuestra sociedad, hasta el punto de convertir en inadmisible e incomprensible que haya gente, repito, como yo, que exigimos que la violencia hacia la mujer se equipare con otras violencias que se dan en el seno de la familia, que no se establezcan distingos por razones de género y, sobre todo, que se abola de una vez por todas la maldita, inconstitucional y ofensiva contra los derechos humanos Ley Integral de Violencia de Género, que ha servido para dejar sin el derecho a la presunción de inocencia a los hombres.
Lamentablemente para los integrantes de este totalitarismo, cada vez son más las voces que se niegan a claudicar, a rendirse ante el poder de su fascismo feminista, que impide toda opinión contraria y trata de imponer el pensamiento único.
Queridos dimisionarios, o eso espero, uno va a seguir pensando lo mismo, va a seguir exigiendo la igualdad real y no piensa claudicar ante vuestra presión. Si no lo tenéis, yo mismo puedo daros el teléfono de mis jefes, por si queréis pedir mi destitución. Por cierto, se dice destitución y no cese. El verbo cesar no es transitivo. Pero eso ya os lo explico otro día.
